..La gira más larga ... hacia las estrellas ...acabamos de enterarnos del fallecimiento del maestro Héctor Di Mauro, nunca lo conocimos pero no hizo falta para respetarlo y admirarlo pues casi lo palpamos a través de lo que sembró
que más sino un respetuoso silencio ....
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Los Tìteres se quedaron sin sonrisa
El maestro de varias generaciones de titiriteros falleció el sábado, a punto de cumplir 80 años. Influenció a numerosos grupos.
El sábado por la noche falleció el titiritero cordobés Héctor Di Mauro, maestro de varias generaciones y una figura de relevancia tanto a nivel nacional como internacional.
Héctor había nacido el 18 de abril de 1928 en la ciudad de Córdoba, y el próximo viernes hubiera cumplido 80 años.
Últimamente su salud estaba muy deteriorada y se encontraba alejado de la profesión desde hace aproximadamente tres años. En 2006, su estado se resintió tras un asalto en el que recibió golpes, y hace alrededor de seis meses había sido operado del corazón. Sus restos fueron cremados ayer.
Una palabra extraña.Héctor Di Mauro comenzó su actividad titiritera en 1942, junto a su hermano mellizo Eduardo, cuando formaron el grupo El Cometa.
En su libro Medio siglo de profesión titiritero (publicado en España), que repasa su magnífica carrera hasta el año 2000, Héctor Di Mauro cuenta su iniciación en la magia de los títeres durante un verano de 1940, en un paraje de la Pampa de Achala.
Él y su hermano asistieron fascinados a la primera función de sus vidas. “Nosotros no teníamos la menor idea de los que eran los títeres –cuenta Héctor–. Jamás habíamos escuchado esa palabra tan sonora y extraña. Luego, en el patio, dramatizaban en grupo, espontáneamente. Uno hacía de ‘Juancito’, otro de ‘María’, de ‘Fantasma Tío’ o de ‘Fantasma Sobrino’... Los más audaces hacían de ¡Diablo’, sin muñecos, personalmente. El que hacía de ‘Diablo’ había sacado del comedor un mantel rojo y se lo ponía de capa, también se puso una vincha en la frente y de ella amarró dos palitos ¡que eran los cuernos! Estábamos desconcertados, nos fuimos acercando lentamente y cobrando valor le preguntamos a un grupo: ‘¿Qué son los títeres’?”.
Los mellizos Di Mauro se enterarían más tarde que acababan de asistir a una presentación de Javier Villafañe.
Juancito y María, aquellos títeres de 1940, dieron nombre a la revista que edita actualmente Enrique Di Mauro, hijo de Héctor y uno de los destacados titiriteros en una estirpe que suma varios talentos más al arte de dar vida a los muñecos.
Además de Héctor, Eduardo y Enrique, siguen en el arte familiar Daniel Di Mauro (hijo de Eduardo y creador junto a Enrique del grupo El Telón) y Lucía (nieta de Héctor), que integra el grupo Teatro Piedra Libre junto a Yanina Pérez.
Qué Pareja.Los mellizos Di Mauro pasaron a la profesionalidad en 1950 con la creación de La Pareja, una agrupación considerada mítica en la escena argentina, que ofreció miles de funciones y recorrió miles de kilómetros por América y Europa.
La pasión y el mundo de amistades generados a partir de los títeres se mezclaron en la vida de Héctor con un trabajo incansable en el campo de la enseñanza. Contagió su arte a innumerables titiriteros, por ejemplo el chileno Miguel Oyarzún del grupo El Chonchón.
Oyarzún había llegado en 1986 a Córdoba para trabajar “a la gorra”. “Tanto Enrique como Eduardo fueron los que me abrieron las puertas”, contó ayer a este diario Oyarzún, quien describió al titiritero fallecido el sábado como “un maestro estupendo”. Alguien con quien se podían compartir risas y “el vinito” pero “el momento del trabajo era sagrado”.
Di Mauro fue fundador y el primer secretario general de la Unión de Marionetistas de Argentina (Unima), y a lo largo de su extensa carrera fue un incansable organizador de festivales nacionales e internacionales, cursos, encuentros y talleres.
Fue también confundador de la Escuela Experimental de Títeres de la ciudad de Córdoba, que dio origen al Movimiento Nacional de Escuelas y Talleres de Títeres.
“Tanto mi padre como mi tío lucharon para que el Estado se hiciera cargo de educar a los docentes en el trabajo con títeres como herramienta educativa –señaló Enrique Di Mauro–. Consiguieron crear las escuelas provinciales de títeres que hoy siguen funcionando en Misiones, La Pampa, Neuquén y Tucumán”.
En 1991 recibió el Diploma al Mérito en Pantomima y títeres de la Fundación Konex, y fue distinguido también con el premio a la trayectoria del Instituto Nacional del Teatro.
Su influencia se extendió fuera de las fronteras argentinas y tuvo notable impacto en España. “Allí lo quieren muchísimo –cuenta Enrique–. Los Arbolé de Zaragoza, el grupo más importante de España, dicen que el libro de mi viejo es la Biblia de los titiriteros.
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