Hace poco más de un año fui invitado a un evento teatral para hacer (escribir) una reflexión sobre como estamos en cuanto al teatro de Títeres en Perú, el producto fue el sigueinte artículo y aunque ha pasado algo de tiempo las cosas lamentablemente siguen iguales .....
Las deudas para con el Teatro de Títeres en Perú
Llegando a esta altura del camino se ve, se siente que el Teatro de Títeres va ganándose un lugar en el variopinto espectro de las artes escénicas de estas tierras, porque no siempre lo tuvo si bien desde siempre se ha hecho Títeres no ha tenido, ni tiene aún el lugar que se merece. ¿Cómo estamos? Mejor, hay más grupos, más actividad, hace unos años era difícil encontrar espectáculos de Títeres que ir a ver, ahora cada semana hay varias opciones en cartelera; hay por lo menos dos festivales internacionales al año, somos regularmente visitados por grupos extranjeros, antes era un acontecimiento que alguien viniera ahora varios pueden coincidir un mismo mes; en el medio artístico y escénico en particular hay más interés hacia los Títeres, se habla más de ellos, muchas veces con gran desconocimiento pero se habla; entonces, en una rápida visión las cosas están mejorando y bien por eso , muy bien, pero no basta, no es suficiente, y lo que nos preocupa es que no hay direccionalidad en estos “avances”, no hay un rumbo hacia algo que podría considerarse un movimiento, sólo hay actividad, más actividad, necesaria y muy útil pero insuficiente; esto nos hace endebles, débiles en un medio difícil en el que para instalarse bien hay que ser sólidos y fuertes.
Esperamos que esto no se vea como inconformismo gratuito sino como ver que no estamos aún respondiendo a deudas históricas de los Titiriteros peruanos para con el Teatro de Títeres, consigo mismos, con los que ya hicieron, con los que vendrán, con la sociedad en la que nacemos, con el mundo de estos tiempos; deudas que saldadas nos lleven a configurar algo que al fin podamos llamar con todas sus letras y con convicción plena TEATRO DE TÍTERES PERUANO.
Para hacer Teatro de Títeres en este país no basta conformarnos con montar nuestras obras por más bien hechas que estén, y eso que hay trabajos de primer nivel, eso está bien en el inicio pero no basta y sirva como ejemplo el legado de los que nos precedieron que nos heredaron lo que hoy vivimos y sufrimos, que no dieron lo suficiente para construir pues al llegar nosotros encontramos sólo un terreno baldío donde ladrillo a ladrillo tenemos que volver a empezar.
Nacemos como titiriteros en un medio sumamente difícil, carente de políticas culturales que fomenten el arte en sus diversas manifestaciones, en el que no hay un público regular para los Títeres si no más bien pequeño y fluctuante, en el que no se valora nuestro arte y no se ve la importancia, necesidad y trascendencia del mismo, por lo tanto, un medio en el que los artistas de otras disciplinas aún nos ven por encima del hombro, donde nos encontramos solos, aislados y por tanto somos vulnerables; empezar y más aún desarrollarse en estas condiciones es sumamente difícil pero es nuestra opción y muchos no imaginamos otra forma de vivir, entonces eso nos conmina a trabajar para revertir esta situación, no esperar sentados a que nuestros sueños se cumplan si no a poner las manos, el hombro y el corazón para que esto ya empiece, visto así hay algunas grandes tareas por realizar:
Primero y por sobretodo crecer en nuestro arte, hacer un buen trabajo, digno que se gane el respeto del medio, pero eso no es tan fácil si no contamos con escuelas donde formarnos, si carecemos de información que nos nutra y si los pocos que somos estamos desperdigados y no nos nutrimos de los aciertos ni de los errores de los otros; pero esa es la realidad de la mayoría de titiriteros latinoamericanos , muchos empezamos de manera desastrosa ya luego viene el reto de crecer y definitivamente crecer juntos puede ser más fácil, allí la responsabilidad de los que algo hemos recorrido de acoger a las nuevas generaciones, propiciar su surgimiento y darles recursos para prosperar aspirando a lo que algunos llaman “La profesionalización de nuestro arte”, que ha de buscar vías propias, creativas, nuestras; ninguna escuela de arte dramático va a acoger al Teatro de Títeres en la magnitud que este demanda, eso no va a suceder en las condiciones actuales, y nuestros talleres no bastan, el Teatro de Títeres es sumamente complejo e involucra tantos aspectos que tres meses no bastan si no para servir de base a un incipiente inicio; hay mucho que pensar y mucho por hacer al respecto. ¿Cómo estamos? En rojo…
Segundo, darle bases; no tenemos historia registrada ni reconstruida, se ha hecho mucho y bueno pero si se desconoce nunca existió, haciendo una comparación con el teatro, ellos cuentan con diversos estudios históricos, hay textos, quizá no de los mejores pero allí están, inclusive en textos escolares se encuentra alguna información al respecto, mientras que nosotros crecemos en una orfandad casi absoluta, esto nos demanda investigar y como además no hay registros eso complica la labor pero es imprescindible hacerla, ello ampliará nuestra visión, nos permitirá empezar a construir identidad, nos ganará el respeto de los demás.
Así como carecemos de bases históricas también carecemos de bases teóricas, conceptuales, filosóficas y metodológicas, nuestro trabajo es en gran medida intuitivo, y es cierto que el Teatro de Títeres puede y debe tener mucho de intuición, emoción, sentimiento y ritualidad, pero eso no basta, debe tener un sustento sólido tras él, que de ninguna manera ponga parámetros y límites pero si que ofrezca referentes que potencialicen los recursos y el talento natural de el Titiritero; mucho de eso existe pero la desconexión del resto del mundo en la que vivimos no nos permite beber de esas fuentes, el inmediatismo y la practicidad no nos motivan a investigar, acopiar y compartir material y menos aún a producirlo, hay mucho por hacer…¿Cómo estamos? Otro rojo…
Tercero: Posicionar socialmente al Teatro de Títeres, para ello es indispensable avanzar en los puntos anteriores, eso nos hará ganar otra imagen, aún somos vistos como arte menor, como pura diversión, como “el hermanito pequeño del teatro”; el Teatro de Títeres debe ganar ciudadanía propia, mostrarse como el arte maduro e importante que es, en ello ha habido avances y ha sido muy importante la continuidad de el trabajo de algunos grupos que hacen Títeres para adultos de manera sostenida en los últimos tres años, eso ha dado otra imagen, otra perspectiva en el público, teatristas y medios, y eso ya es un gran avance; ahora, esto no significa que el Teatro de Títeres que se hace para niños sea de inferior calidad o de menor trascendencia, eso de ninguna manera, sino que se ha usado y abusado tanto de las producciones para niños en Teatro y Teatro de Títeres que el que exista y se haga ya no basta, aquí nos cabe además una labor adicional que es la de educar al público, formarlo como público, hacerles entender la importancia de nuestro trabajo y las exigencias que debe tener sobre él a nivel de calidad, lamentablemente tenemos un gran sector que se satisface al reír con recursos fáciles y que demanda hasta el cansancio productos comerciales al estilo Disney o Caperucitas y Cenicientas sin reparar en el nivel artístico, en lo que se aporta a través de los contenidos, en lo que le genera al público y lo que le deja tras la función. Aquí se hace necesario un trabajo de difusión y a través de ella educación, eso nos ganará un lugar, nos abrirá puertas, nos ganará respeto. Hay avances en esta área pero sin una direccionalidad estratégica que los haga realmente importantes, el rojo se atenúa pero aún no deja de serlo…
Finalmente una última tarea, La Organización, algo en lo que ya empezamos a perder las esperanzas, llegamos a creer que nuestra incapacidad de organización se debía a los tiempos, la caída de las ideologías, la coyuntura social y política, pero ahora ya optamos por creer que es un mal endémico, parte de nuestra idiosincrasia, mal del Titiritero peruano; no podemos, no queremos organizarnos, por eso los anteriores puntos están en rojo, porque aislados, cada uno tirando para nuestro lado no vamos a lograr un avance efectivo, varios intentos fallidos y la apatía y la indiferencia continúan arrasando nuestras posibilidades; el Centro Nacional de UNIMA es un cadáver en descomposición, una gran oportunidad echada al agua, nosotros Anaracos, un intento de organización alternativa, agonizando, aunque me duela y cueste reconocerlo, del núcleo inicial sólo quedamos dos, a los demás se los llevó la vida, nunca creció como esperábamos, ha llegado nueva gente y estamos en vías de reconstituirnos pero aun es incierto lo que viene y aun hay tanto por hacer, apenas si empezábamos.
Ese individualismo es nuestro principal escollo, solos no estamos en capacidad de responder a las demandas de nuestro arte, y nos deja casi indefensos, nos saboteamos entre nosotros; un ejemplo aparentemente tonto, la Biblioteca Nacional arbitrariamente bajó el porcentaje de taquilla a los grupos de 70 % a 60 %, algunos protestamos, otros aceptaron, consecuencia: quedó el 60 % y hoy otras entidades ya plantean asumirlo así, en los últimos años las tarifas de las funciones han bajado y no porque el costo de vida vaya hacia eso, no tenemos capacidad de reacción, nos atropellan y permanecemos inmutables, ¿Cuándo los Titiriteros han sido conformistas y sumisos?... Aquí, hoy. Nos animaban los antecedentes de la gente de Teatro en organización e intentamos aliarnos a ellos pero ahora para nada son un ejemplo por lo menos en lo que respecta a Lima; sin embargo esperamos que ver lo que sucede en otros lugares no muy lejanos motive algo, hace pocos meses se constituyó la Federación Bolivariana de Títeres en Venezuela, que nace con tremendo empuje, en México han resucitado su Centro Nacional de UNIMA sacándolo de su cripta y hoy se yergue vigoroso y expectante , en Argentina mal que bien está la ASARTI , Asamblea Argentina de Tititriteros, en Colombia tienen a ATICO, Asociación de Titiriteros Colombianos, si ellos pudieron nosotros algún día también podremos pero no nos va a venir de la mano de un Mesías, es algo que tenemos que lograr, a trabajar por ello entonces. ...
Otro rojo, rojo intenso pero no para desalentar sino para movilizar, hay mucho por hacer, por nosotros y por los que vienen, hoy yo reclamo a los que nos precedieron, ellos en gran medida son responsables de lo que tenemos, espero que algún día no tengan el mismo reclamo para con nosotros los que nos sucedan.
Martín Molina Castillo
Tárbol teatro de títeres