jueves, 21 de junio de 2018

Los Títeres y el fútbol


Los Títeres y el fútbol


           Hace varios años a fines del siglo pasado en mis inicios con los Títeres una de las lecciones que aprendí fue que contra el fútbol no se puede; con mi primer grupo "La Pera" estábamos en nuestras primeras funciones en un espacio teatral, en la recodada salita "Juan Volatín" de los Piqueras en Barranco, con todo y nuestra inexperiencia nos estaba yendo bien, sin embargo empezó el mundial, debió ser Francia 98, Perú no participaba y en realidad el fútbol no estaba entre mis intereses así que con el entusiasmo de los inicios y la inexperiencia propia de esa etapa nos preparamos para la función en pleno mundial y en horario de partido; pasaba el tiempo y el público no aparecía, la sala estaba vacía ya habitándose por el desánimo hasta que convencimos a una joven pareja para que ingrese. Ese día hicimos función para dos, fue una linda función, elenco y público la disfrutamos mucho y por lo menos teníamos dinero para volver a casa, pero la lección quedó: en tiempos de mundial mejor no programar función.

         Hace unas semanas mi amigo Carlos Torres anunció que el 16 de Junio a pesar que sería el primer partido de Perú en un mundial después de 36 años y en ese mismo horario se mantendría la programación artística que hace varios años sostiene en la Feria de Libros del jirón Amazonas los días sábados desde las 11 y 30 de la mañana, lo vi como un acto de resistencia, descabellado pero resistencia al fin, resistencia ante la aplanadora mediática que dicta nuestra agenda vital; el deporte como tal nada de malo tiene, más bien lo contrario y los campeonatos tampoco, pero en estos tiempos el fútbol es mucho más que eso, es probablemente el mecanismo de control social más efectivo y mientras el país se tiñe de un "patriotismo" de dos semanas, patriotismo que solo sigue el ritmo de una pelota, nos sedujo la idea de acompañar esa bella locura y nos ofrecimos a sumar nuestros títeres a la jornada de cuentos.



           No teníamos grandes expectativas, yo auguraba una función íntima para Carlos, los Willaykuy y probablemente los gatos que habitan la sala de lectura de la Feria de libros, tampoco pensamos que sería tan complicado pero el solo ir estuvo difícil, casi no había transporte y los taxis de llamado subieron la tarifa de 18 a 43 soles, pero compromiso era compromiso y nos las arreglamos para llegar, además ya se había sumando un amigo que fue con nosotros para engrosar el público.

        Ese 16 de junio recibimos una grata sorpresa, con bastante anticipación llegó una joven madre con su hija, y poco a poco siguieron llegando de a uno, de a dos, de a tres, niños, adultos, ambos y se dio la función, igual la hubiéramos hecho para una o dos personas pero tuvimos la sala casi llena. Fue una linda mañana y medio día, definitivamente muchísimo mejor que quedarse en casa.

         Algo ha cambiado quizá, no lo sé, solo se que varios años después me llevo una gran lección: ni el fútbol ni nada debe parar la función pues siempre habrá gente dispuesta a los Títeres y que bueno que se les pueda ofrecer esa bella alternativa.

          Muchas gracias Carlos Torres, Colectivo Cuentos Willaykuy y al hermoso público que nos acompañó en la función.



        Ah, los gatos también estuvieron, una gata y sus dos traviesos cachorros que viven y travesurean por allí. Ese día llevamos "Chímpiti Chámpata" la primera obra que hace casi veinte años hicimos como Tárbol; al finalizar la función el señor Tito, el bibliotecario, nos contó que los niños asiduos habían decidido bautizar a los gatitos como Chímpiti y Chámpata

                                                                  Martín Molina Castillo

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En las imágenes
Tárbol teatro de Títeres presentando "Chímpiti Chámpata" en la Feria de libros del jirón Amazonas, 16 de junio 2018.
Fotografía Carlos Torres.

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